lunes, 26 de enero de 2015

Un tropiezo importante

Si dijimos la semana pasada que la derrota contra el Barcelona, más allá de la imagen mostrada y lo abultado del resultado, no era preocupante por no ser un partido de nuestra liga, el empate ante el Granada ayer si que es preocupante. No solo porque es desperdiciar una oportunidad inmejorable para dejar a un rival directo como es el conjunto andaluz a 6 puntos, sino porque ahora tampoco tenemos un gol-average particular positivo. Ahora la distancia con el descenso es de tan solo dos puntos, cuando podrían ser cuatro y tener así un margen superior a un partido. Pero es que el partido ya no comenzó bien. Pese a que los primeros compases estuvieron muy igualados, a los siete minutos de partido el equipo dirigido por Abel Resino -debutaba ayer en Riazor- se adelantó con un gran gol de Piti. A partir de ahí todo se desequilibró a favor de los andaluces, que empezaron a ser superiores.

Apenas generaba peligro el Deportivo en ataque, que se mostraba muy precipitado intentando lograr el gol del empate cuanto antes. Esto provocó numerosas perdidas en el centro del campo y en las inmediaciones del área, las cuales aprovechaba el Granada para salir rápido a la contra. Pero justo cuando peor lo estaba pasando el Depor, llegó ese tan ansiado gol del empate. Una buena combinación entre Oriol Riera y Bergantiños en la banda izquierda, en la que el centrocampista gallego sorprendió a todo el mundo con un gran pase entre líneas, terminó con un disparo del delantero catalán rechazado por Oier. Por suerte, o por desgracia dependiendo desde que punto lo mires, ese despeje de Oier fue a parar a los pies de Jose Rodríguez, que disparó de primeras para poner el 1-1 en el marcador. Ese gol daría pie a los mejores minutos del Deportivo en el partido, los que acabaron culminando la remontada. Tan solo 4 minutos después del gol del empate llegó el 2-1, obra de Lucas Pérez. Roba Sidnei en el centro del campo, arranca con potencia, abre a banda y entra a zona de remate. Él mismo es quien recoge el envío por abajo de Jose Rodríguez, el cual controla girándose con un movimiento de nueve puro y acaba cediendo para el delantero coruñés. El central brasileño volvió a completar un partido seguro en defensa y excelente en facetas ofensivas. Cada jornada que pasa cuenta con mayor libertad, o al menos él se suelta más, para realizar esas arrancadas desde atrás con el balón controlado que tanto gustan a la afición.

Luis Fariña fue expulsado por agredir a un contrincario.

A partir del 2-1 el partido fue un dominio blanquiazul, con algún que otro acercamiento por parte del Granada pero sin demasiado peligro. De hecho dispondrían de ocasiones como para poder sentenciar el encuentro, pero fueron desperdiciadas y con el paso de los minutos cobrarían más importancia. Y cobrarían importancia porque, quedando a penas 7 minutos para el final del encuentro, el conjunto andaluz encontró el empate. En una acción sin aparente peligro en la que el Robert Ibáñez ya había perdido el control del balón, Bergantiños llegó tarde y cometió una falta de benjamines. Seria en esa falta donde, después de un par de rechaces, donde el propio Robert anotó el 2-2. Un error tonto de Bergantiños -para mi esos errores son los que le hacen peor futbolista que Cezary Wilk- supuso la perdida de de dos puntos muy importantes en la lucha por la salvación que, ojalá que no, podrían ser decisivos al final de la temporada. Poco más destacable hubo en el encuentro después del segundo tanto granadino más allá de la expulsión de Fariña. El ex del Benfica cometió una falta sobre Fran Rico, el cual se lo recriminó y dio un pequeño cabezazo que no fue visto por el colegiado. Esto provocó en el argentino una reacción agresiva, propinando una bofetada al contrario. Atendiendo a lo recogido en el acta por el colegiado se puede ser positivo, ya que lo normal sería que le cayeran entre 2-3 partidos de sanción.

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