jueves, 1 de octubre de 2015

Un timón coruñés

Cuando las cosas van bien, todo es mucho más fácil. Y más cuando en los últimos años pocas veces han ido bien. Éste nuevo Deportivo de Victor Sánchez Del Amo ilusiona. Lo hace por los resultados cosechados hasta el momento y por las sensaciones que deja sobre el césped. No hay que alardear demasiado ya que esto acaba de comenzar, pero todo parece indicar que por fin el Depor tendrá un año relativamente tranquilo a todos los niveles. En ello influye mucho el trabajo realizado en verano por la secretaría técnica, quien completó un equipo muy equilibrado y más que apto para lograr los objetivos marcados. Se ficharon jugadores en propiedad, y jugadores necesarios. Jugadores que hacía tiempo que el equipo venia echando en falta por la ausencia de gente que pudiera aportar sus cualidades. Ese es el caso de Pedro Mosquera, un deportivista de nacimiento que ha vuelto a casa ya consagrado en el máximo nivel del fútbol español para ser una pieza clave de éste nuevo proyecto. Y de momento, su aportación está siendo crucial.

Desde sus primeros minutos en pretemporada se pudo apreciar la confianza que Victor tenía depositada en él. Ya sea jugando en un doble pivote acompañado por Borges, jugador más utilizado en esa demarcación hasta el momento, o enlazando dos líneas de cuatro jugadores en el 4-1-4-1 que ha utilizado el técnico madrileño en algún encuentro, su papel es fundamental. En ataque, es él quien dirige la salida de balón colocándose entre los centrales para darle una mayor amplitud al equipo. Desde ahí, con su precisa zurda, logra superar las líneas de presión rivales con una claridad que no se apreciaba en Riazor desde hace años. Y eso se nota en el equipo, ya que ahora el Deportivo tiene una seña de identidad bastante definida y la cual gira entorno a la figura del centrocampista coruñés. Cuando el equipo opta por salir al contragolpe, es Mosquera el encargado de iniciar la salida, ya sea con un pase en largo o simplemente una apertura a banda, en la mayoría de los casos. Pero también en los ataques estáticos, cuando el equipo se asienta en campo contrario con la posesión del esférico, adquiere una importancia considerable al ser él quien equilibra al equipo con su posicionamiento sobre el césped y quien da velocidad a la circulación jugando siempre en uno o dos toques cuando debe distribuir el juego blanquiazul.

Ese posicionamiento del que hablamos, también es muy importante en el aspecto defensivo. El hecho de que Mosquera esté bien situado sobre el césped cuando el Deportivo está atacando, supone que ante una posible perdida el riesgo de un contragolpe peligroso se reduzca considerablemente. Pero también cuando el equipo está replegado en campo propio es importante su colocación, como se apreció ante el Real Betis. En el Benito Villamarín, Mosquera jugó entre dos líneas de cuatro. Ahí su posición era clave de cara a cortar líneas de pase y que jugadores como Ceballos no pudieran recibir entre líneas. La posición de mediocentro es clave tanto en ataque como en defensa y eso es algo de lo que no hay duda, y más desde que Busquets revalorizara la importancia de dicha demarcación en los últimos años. Las comparaciones son odiosas, pero se podría decir que, por posición y función dentro del equipo, Pedro Mosquera es nuestro Busquets. Salvando las distancias, claro está.

Tras años en búsqueda de un pivote que se convirtiera en el timón del equipo, con fichajes que no terminaron de consolidarse como Cezary Wilk o Jesús Vázquez, el Deportivo ha encontrado por fin un centrocampista al que encomendar la dirección del juego blanquiazul. Parece estar destinada a salir bien la vinculación de Pedro Mosquera con el club de su ciudad natal, siempre que nada se tuerza y por el momento ya se ha asentado en el puesto de mediocentro, siendo el timón del equipo. Un timón coruñés para el Deportivo,

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